El ERE que afectará a 800 trabajadores en Madrid revela los límites del modelo defendido por el Gobierno regional, basado en atraer grandes corporaciones sin exigirles estabilidad ni responsabilidad social.
Amazon ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 1.200 trabajadores en toda España, de los cuales más de 800 están en la Comunidad de Madrid. El anuncio llega apenas unos meses después de que la presidenta Isabel Díaz Ayuso elogiara públicamente a la multinacional como “ejemplo de innovación y creación de empleo”, y pusiera su nombre como emblema de éxito económico en nuestra región.
Hoy, sin embargo, esos mismos empleos que Ayuso utilizó como escaparate de su modelo económico están siendo destruidos por una empresa que acaba de anunciar un aumento de beneficios del 38%.
Este ERE pone en evidencia la vulnerabilidad de un modelo sin garantías basado en atraer grandes corporaciones sin exigir compromisos reales de estabilidad laboral ni arraigo territorial. La Comunidad de Madrid ha promovido su relación con Amazon a través de convenios, incentivos e inauguraciones mediáticas, pero sin prever cláusulas que protejan a los trabajadores frente a decisiones unilaterales de despido colectivo.
¿De qué sirven las fotos, los titulares y los discursos sobre el “éxito madrileño” si las multinacionales pueden marcharse o recortar plantilla sin consecuencia alguna? ¿Dónde quedan las pymes locales y el empleo estable cuando el modelo económico depende de gigantes que buscan ventajas fiscales y laborales, no compromiso con el territorio?
Mientras la presidenta de la Comunidad se hace fotos en los centros logísticos de Amazon y agradece su “apuesta por Madrid”, cientos de familias madrileñas se enfrentan a la incertidumbre. Y el silencio del Gobierno autonómico frente a este ERE resulta tan elocuente como preocupante, siendo un claro ejemplo de la doble moral del “éxito empresarial”.
¿Ha ofrecido la Comunidad de Madrid, o tiene previsto hacerlo, su mediación en el conflicto laboral?
¿Piensa exigir la revisión de los convenios suscritos con Amazon y de cualquier incentivo concedido a la empresa ante estos despidos? ¿O seguirá limitándose a celebrar el modelo de precariedad que convierte cada empleo en un titular y cada despido en una nota de silencio?
Amazon no es una empresa cualquiera. Su presencia en Madrid ha sido promovida y defendida desde el propio Gobierno autonómico. Por eso, resulta legítimo preguntarse qué papel asume la Comunidad ante una crisis que afecta directamente a los madrileños.
El Ejecutivo de Ayuso no puede actuar como simple espectador. Tiene instrumentos para intervenir, para mediar, para defender el empleo de calidad y el tejido productivo local. Pero eso requiere un cambio de prioridades y poner a los trabajadores por delante de los intereses corporativos, y a la estabilidad por delante de la propaganda.
Más allá del titular el caso Amazon ilustra las consecuencias de un modelo de desarrollo basado en la desregulación, el dumping fiscal y el poder de las grandes multinacionales. Madrid no puede seguir siendo el escaparate donde se presume de inversión sin exigir responsabilidad.
Cuando una empresa que recibe apoyo institucional y beneficios públicos anuncia despidos masivos en plena bonanza, lo que falla no es solo el mercado: falla el gobierno que mira hacia otro lado.

ElDiario.es Opinión
Noticias de España
The Daily Beast
AlterNet
TheFashionCentral
Raw Story
The Conversation
Oh No They Didn't
The Fashion Spot
Iron Mountain Daily Sports