Jalisco.- La mañana de este miércoles, la autopista Guadalajara–Morelia, a la altura de la caseta de Ocotlán, se mantenía paralizada por una manifestación. Entre los cientos de vehículos detenidos, en un autobús de pasajeros que venía desde Tijuana, se percibía la angustia de María Elena Martínez Vargas, de 33 años, una madre con el corazón en un hilo.

¿El motivo? Su pequeño Antonio, de tan solo cinco años, debía llegar con urgencia al Hospital de Alta Especialidad de Veracruz, en Coatzacoalcos.

El niño, quien vive una situación grave de salud, tenía programada una cirugía para las 3:30 de esa misma tarde, para operarlo de un quiste aracnoideo, una condición que le ha provocado hidrocefalia. Cada minuto de espera en aquel camino bloqueado era de angustia y desesperanza para su madre.

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