El exministro y su colaborador enviaron recados a Sánchez señalando sin pruebas una supuesta reunión con Otegi, que ambos desmienten, o "pitufeo" en las primarias. La duda ahora es si colaborarán con la Justicia, pero en Moncloa y Ferraz sostienen que no se sienten "chantajeados"
El juez del Supremo envía a prisión provisional a Ábalos y Koldo García ante el “extremo” riesgo de fuga
El Gobierno trata de minimizar las olas del tsunami que supone que los dos exsecretarios de Organización, hombres de la máxima confianza de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, hayan acabado en prisión preventiva. El primero ha entrado en la cárcel de Soto del Real junto a su antiguo colaborador, Koldo García, ante el riesgo de fuga por el inminente juicio en el que se enfrentan a 24 y 19 años de prisión, respectivamente. Dan el relevo a Cerdán, que salió hace unos días, pasado el plazo en el que podría haber destruido pruebas. Más allá del golpe, que en Ferraz intentan circunscribir a comportamientos individuales contra los que actuaron desde el “primer minuto”, los implicados han empezado a enviar recados con los que amenazan a desestabilizar al presidente del Gobierno ante su encarcelación.
“No nos sentimos chantajeados. No tenemos nada que temer ni que esconder”, señalan fuentes gubernamentales sobre los mensajes que Ábalos y García han trasladado en los últimos días. El primero fue Koldo García al asegurar sin pruebas que condujo a Sánchez y Cerdán a una reunión con Arnaldo Otegi para negociar la moción de censura de 2018. Tanto el presidente como el líder de EH Bildu han negado rotundamente ese encuentro que, posteriormente, Ábalos ratificó a su manera en X: “Sólo puedo decir lo que me contaron fuentes presenciales, y es que esa entrevista existió”. Desde el entorno del exministro apuntaban a Cerdán para corroborar esa versión, pero fuentes próximas al exdirigente navarro aseguran que es “100% falso”.
Ábalos después disparó a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, al sugerir que albergó en la casa que tiene asignada como ministra de Trabajo a “personas sin derecho” a vivir en la misma. La líder de Sumar lo ha negado.
El Gobierno ha reaccionado a la defensiva, rebatiendo cada una de las acusaciones de Ábalos y García, que a través de Okdiario, justo antes de la vistilla que decidiría si lo mandaba a la cárcel de forma provisional, aseguró que hubo “pitufeo” en las primarias de 2017 en las que Sánchez se impuso a Susana Díaz y Patxi López. Cuando aún iba en el vehículo policial que le trasladaba a Soto del Real, El Mundo publicaba una entrevista a Ábalos —previa a la cita con el juez— en la que aseguraba: “Investigar a Air Europa sería abrir el melón, ahí podemos llegar a Begoña. Podemos llegar bien llegados”. Golpear a su familia es lo que más duele a Sánchez. Y el exministro lo sabe de sobra.
Las palabras de Ábalos, junto a sus tuits a la desesperada, muestran un cambio de estrategia. Hace unos meses en una entrevista en El Confidencial se mostró esquivo sobre la participación de la esposa del presidente en ese préstamo a la compañía aérea después de que tanto las investigaciones de la UCO y, posteriormente, de la comisión del Senado hayan concluido sin una sola prueba de la influencia de Begoña Gómez. Hace solo dos semanas la Audiencia de Madrid cortó la última maniobra de Peinado para investigar el rescate en el caso de Gómez. “En ese momento es verdad que se pudieron plantear cualquier tipo de acceso o recurso con tal de acelerar el proceso. ¿Que lo hicieran o no? No lo sé”, aseguraba Ábalos en julio. Del silencio ha pasado al ataque, aunque sea sin pruebas.
El Gobierno se dedica a rechazar todos y cada uno de los golpes que reciben del otrora poderoso secretario de Organización y su asesor, conscientes, no obstante, de la guerra de desgaste a la que se enfrentan. “¿Teme que Ábalos entre en choque directo con el presidente?”, le han preguntado a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, en los pasillos del Congreso. “No”, ha sido su lacónica respuesta. Sánchez ha intentado dar una imagen de normalidad al participar en la firma del acuerdo con los sindicatos para la subida del salario de los funcionarios justo cuando el que fue su hombre fuerte en Ferraz y el Gobierno iba de camino a prisión.
Nueva estrategia como intención de colaborar con la justicia
Fuentes jurídicas apuntan a que la nueva estrategia de Ábalos y García, a las puertas de la decisión del Tribunal Supremo sobre su encarcelación preventiva, buscaba también mostrar la intención de colaborar con la Justicia revelando supuestas corruptelas del Gobierno de Sánchez y el PSOE, y no descartan que en fechas próximas planteen, a través de sus abogados, declarar.
“No tienen nada contra nosotros”, aseguran fuentes gubernamentales, que también rechazan la posibilidad de que el partido o el Gobierno pueda darles algo de lo que pretendan.
Más allá de sortear los golpes, el propósito de Sánchez es encapsular los casos de corrupción en las personas afectadas, aunque eran el núcleo duro del poder, y dar la sensación de que no se acaba el mundo. “Rato era vicepresidente. Es grave, pero no inaudito. No es nuevo, esto lo sabíamos desde antes de verano”, señalaban fuentes del Ejecutivo tras la decisión del juez de enviar a Ábalos y Koldo a prisión.
El PSOE minimiza el daño: “Ya lo hemos experimentado”
“Ya lo hemos experimentado. El señor Santos estuvo en preventiva. No hay ninguna novedad respecto a ocasiones anteriores”, ha expresado Montero en referencia al encarcelamiento de Cerdán, que fue la verdadera catarsis en las filas socialistas, donde nadie esperaba que el sucesor de Ábalos al frente de la organización fuera el epicentro de una trama corrupta. “El daño ya está hecho y respondimos”, apuntan en la dirección socialista, donde recuerdan insistentemente que Sánchez pidió perdón y les expulsó de manera inmediata.
“Desde el primer minuto, tomamos medidas, actuamos con contundencia, y ya le corresponde a los tribunales”, ha agregado Montero. Esa es la línea de defensa de Sánchez, que se muestra seguro de que los desmanes de Ábalos, Cerdán y García no implican al partido ni a las estructuras del Gobierno. “No aceptamos lecciones de quienes han tenido cajas B, sobresueldos o sentencias firmes por corrupción. La corrupción también retrata a quienes actúan frente a quienes miran hacia otro lado. Y no quepa ninguna duda: este partido siempre estará entre quienes actúan”, ha expresado el PSOE en un comunicado en el que señala al PP.
Más allá del innegable daño reputacional —y, por tanto, electoral— que en Ferraz dan por amortizado ante los casos de corrupción en los que Ábalos, Cerdán y García están acusados de una retahíla de delitos, Sánchez tiene un problema añadido con la encarcelación de Ábalos: la pérdida de un escaño de la mayoría que compone el bloque de la investidura. No obstante, la capacidad legislativa del Gobierno se daba ya prácticamente por perdida tras la ruptura de Junts.

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