Alejandro Gertz Manero decía durante la transición que él no saldría de la Fiscalía General salvo con los pies por delante. O sea, muerto. La metáfora era un desafío para la entonces presidenta electa, Claudia Sheinbaum, que en ese entonces pensaba sustituirlo en los primeros dos meses de su gobierno por su exfiscal en el gobierno de la Ciudad de México y consejera jurídica, Ernestina Godoy. Hasta hace unas semanas, parecía que lograría su objetivo, pero dos filtraciones a la prensa, sobre el Caso Colosio y del dueño del certamen Miss Universo, reactivó y aceleró la decisión de destituirlo.
Las deliberaciones en Palacio Nacional fueron sobre el cómo. Hubo quienes lo llamaron senil, pero ir por esa vía era maltratarlo. Le pedirían la renuncia. Un enemigo político de la presidenta, el coord

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