El dueño del restaurante El Ventorro, Alfredo Romero, declaró ante la jueza de la dana que vio a Carlos Mazón el 29 de octubre de 2024 “normal” y sin “prisa”. Tampoco lo vio “preocupado” a pesar de que la entonces consellera Salomé Pradas le había informado sobre la situación sobre el terreno, extremadamente delicada en la larga sobremesa que mantuvo el entonces jefe del Consell con la comunicadora Maribel Vilaplana. “Cuando lo despidió en la cancela no vio que tuviera prisa o preocupado”, afirmó el empresario, según reza el acta de su declaración del pasado 21 de noviembre , a la que ha tenido acceso elDiario.es. “Fue como un día normal, un día más”, apostilló el testigo.
A pesar de los problemas de cobertura de ciertas compañías telefónicas en la céntrica zona donde se sitúa El Ventorro, Mazón no pidió la clave del wifi del que dispone el establecimiento para los clientes. Tampoco escuchó las llamadas del entonces president autonómico ni “ningún comentario” de Vilaplana que “le llamara la atención”. Siempre los vio sentados a la mesa.
La comida duró entre una hora y media y dos horas, según los cálculos del testigo, que no recordaba la hora exacta en la que se sirvieron los postres o el café. El testigo calculaba que acabarían de comer entre las 16.30 y las 16.45.
“Es muy común en muchas mesas, que se hagan las 18.30, las 19.00, porque están de tertulia, no es cuestión de consumos, es porque están a gusto o están con sus cosas”, afirmó el empresario. “No hubo nada extraño en la duración de la comida”, remachó.
Por otro lado, Alfredo Romero declaró varias veces que Mazón llegó con una “chaqueta oscura y una mochila pequeña”, pero sin corbata. “Cuando ha ido a su restaurante, normalmente suele llevar la mochila”, indica el acta de su declaración. En el reservado “no hay ninguna zona para cambiarse”, manifestó el testigo.

“Cuando lo despidió en la cancela, salió con la chaqueta puesta y la mochila”, remachó el dueño de El Ventorro. El testigo situó la salida de la pareja de comensales del establecimiento como muy tarde a las 19.00. No recordaba, cuando subía al reservado a servir los tradicionales platos del establecimiento, “si Mazón se había quitado la americana y se había puesto un jersey”. “Lo recuerda con la americana”, señaló.
El reservado VIP para Mazón y Vilaplana
Además, también explicó que Vilaplana subió por la escalera del restaurante que lleva desde la planta baja hasta una suerte de entresuelo y al piso superior en los que se sitúan los reservados. “Solo hay un acceso al Ventorro. No hay otra entrada”, dijo su propietario
“Para subir al reservado hay que pasar necesariamente por el comedor. Es una finca que es una cajita de zapatos. Esa sala no tiene puerta, y al salir, uno puede ir al servicio subiendo por una escalerita”, detalló Romero.
El segundo piso de la finca “anteriormente eran viviendas”. “No es un comedor al uso. Antiguamente el reservado era un cuarto. Es como un dormitorio”, declaró el testigo sobre el espacio en el que Mazón y Vilaplana mantuvieron el largo ágape.

Ese reservado de la segunda planta, compartida con la vivienda de su hijo, se reserva para clientes VIP, según explicó. “La tiene para clientes de confianza, gente que ha venido ya mucho tiempo, como es el caso de Mazón”, explicó Romero.
Romero recordaba que cuando llegó Mazón al establecimiento —poco antes que Vilaplana— ya había otros clientes en su establecimiento, aunque no recordaba cuántos.
Mazón, cliente habitual hasta la dana
Carlos Mazón, apostilló, era un cliente asiduo de El Ventorro “desde antes de ser presidente de la Generalitat”. “Ha ido muchas veces”, explicó. Sin embargo, desde la polémica comida con Vilaplana celebrada en plena catástrofe de la dana ya no ha vuelvo a dejarse caer por el restaurante de la calle de Bonaire de València.
Mazón y Vilaplana fueron los últimos clientes en abandonar el establecimiento. “No les dijo que se fueran porque tenía que cerrar”, matizó Alfredo Romero, quien dijo que “siempre intenta aguantar con los clientes de casa, salvo que se haga muy tarde o tenga alguna urgencia”.
El restaurador también “sabe quién es” Juan Francisco Pérez Llorca, sucesor de Mazón en la presidencia de la Generalitat. En cuanto a Maribel Vilaplana, contradiciendo la declaración de la comunicadora , Romero aseguró que había ido a El Ventorro previamente a la cita con Mazón de forma “muy esporádica”. Unas “dos, tres o cuatro veces más”, dijo.

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