La visita del presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y el rey Felipe VI a Gernika ha dejado la histórica imagen de los dos jefes de Estado rindiendo homenaje, en el cementerio de la localidad vasca, a las víctimas del bombardeo sobre la población civil de 1937 y, posteriormente, una declaración de desagravio por parte del mandatario alemán. En un momento de auge de la extrema derecha y de los discursos negacionistas sobre lo que fue el fascismo, los actos han tenido un componente simbólico relevante. En el País Vasco, no obstante, la posición del monarca ha sido cuestionada, al acompañar al presidente alemán, aunque sin pronunciar una petición de perdón.
Los dos momentos centrales de la visita han tenido lugar en el cementerio Zallo de Gernika y en el Museo de la Paz de la local

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