Iba a ocurrir, se sabía. Una vez superado el escollo de las elecciones legislativas nacionales amainarían los vientos que azotaban a la economía, principalmente al sector financiero y a las variables cambiarias. Entonces entraríamos en días de sosiego.

De allí que esta semana la Argentina, al menos en su faz económica, haya vivido jornadas de calma chicha . Más allá del feriado largo, que hace las veces de lastre –como si a todos les costara un poco volver a arrancar la máquina-, lo cierto es que la agenda ofreció poca tela para cortar. Algún indicador macro, rumores varios y la idea cierta de que el Gobierno apretará el acelerador a partir del 10 de diciembre, cuando asuman sus diputados y senadores y gane así mayor fuerza en el Congreso Nacional.

En los umbrales de diciembre empieza

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