El Chato Matta llegó al restaurante y pidió un pulpito al olivo y un arroz con mariscos jugosito con rocoto molido. Y para calmar la sed pidió una jarrita de chicha morada. “María, el gran Pancholón me invitó a su sauna privado donde el Chinito Richard y Nilson lo atienden como rey y a cada rato le ponen eucalipto, manzanilla, hierba luisa y cascaritas de naranja en la cámara de vapor.

‘Chatito -me dijo-, la verídica que ya no entiendo nada de este mundo moderno. Hay una ‘Calavera’ de las redes que un zambito lo ‘cuernea’ y le dice al ‘partidor’ ‘no hay problema, hermanito’ . Estamos todos locos. Y eso que soy caminante de toda la vida y mis ojos han visto de todo.

Luego puso una de sus salsas preferidas de ‘El canario’: Hace solo un instante éramos dos extraños/ Que se estrechan

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