El final del período de sesiones ordinarias en Tartagal dejó, además de una sesión maratónica, un orden político en tensión, acuerdos inesperados, subas tributarias que profundizan el desgaste social y un reclamo histórico de las comunidades indígenas que vuelve a interpelar al municipio de cara para la gestión del 2026.

Un cierre de sesiones marcado por la urgencia y el costo político

A altas horas de la madrugada, el Concejo Deliberante aprobó el Presupuesto 2026 y la ordenanza tarifaria, en lo que significó el último acto legislativo antes del receso y de la renovación parcial del cuerpo. La sesión estuvo lejos de ser meramente administrativa: terminó consolidando la imagen de un Ejecutivo que gobierna con aumentos de tasas por encima de la inflación y de un Concejo atravesado por rea

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