« Hoy el pronóstico de una persona con infección de VIH en una etapa precoz es similar al de una persona que no está infectada. Es un estímulo adicional; por eso, vale la pena testearse. El tratamiento cambia el pronóstico de vida «. Así lo manifestó Marcelo Losso, jefe del Área Enfermedades Emergentes e investigador principal en el hospital Ramos Mejía, en Buenos Aires, al tiempo que destacó la alta eficacia de los tratamientos antirretrovirales.

Sin embargo, las estadísticas no son alentadoras y muestran un contraste preocupante: las nuevas transmisiones de VIH cayeron un 40% a nivel mundial desde 2010, pero aumentaron un 9% en América Latina. La pandemia sigue activa y las brechas en prevención, diagnóstico y tratamiento continúan siendo profundas.

La tasa de diagnósticos tardíos

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