Bruselas trata de convencer a Bélgica para que acepte que se entreguen a Kiev los activos rusos congelados. El Gobierno de Bart De Wever teme que eso derive en una crisis del euro

Ucrania necesita un salvavidas financiero urgente para mantenerse a flote. Con la pérdida de la ayuda estadounidense, tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el pasado enero, el sostén del país invadido por Rusia depende fundamentalmente de sus aliados europeos. Por eso, y con un duro invierno por delante, Bruselas trata ahora in extremis de sacar adelante alguna fórmula que evite la quiebra de Ucrania.

La idea que genera un mayor consenso es enviar a Kiev, en forma de préstamo sin intereses, 140.000 millones de euros sacados de los activos soberanos rusos, fondos congelados en la UE por las sancione

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