En las últimas semanas, varios vídeos de mujeres en Teherán caminando por las calles sin hiyab y conduciendo motocicletas se han viralizado en las redes sociales. Las iraníes aún no tienen permitido obtener licencias de motocicleta y, aunque la ley del hiyab fue aprobada hace un año, su aplicación oficial sigue en pausa.

En cafés, centros comerciales e incluso en barrios conservadores del sur de la capital, la diferencia en la forma en que muchas mujeres se presentan ahora en público muestra un cambio social evidente. Pero detrás de los vídeos virales y del discurso optimista sobre cómo las mujeres han recuperado las calles, se esconde otra realidad: el incremento de detenciones de escritores, artistas y activistas y un número récord de ejecuciones, que ya ascienden a 1.661 en lo que va d

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