La generación Z salió a la calle, fue un evento muy esperado porque se oiría una voz que normalmente no se escucha.

En parte porque hay mucho ruido político producido por los que quieren privilegios, lograrlos, no perderlos o recuperarlos.

Los organizadores de la marcha supieron muy bien cómo manejar las plataformas y hablar con sus iguales, pero trascendieron hacia otros oídos.

Con gran ambición presentaron un pliego petitorio que parecía estar escrito por un anarquista o un ácrata, porque se promovía deshacerse del Estado.

Pretendían que grandes decisiones las tomara la sociedad, y aunque confuso, pretendían un asambleísmo, al que está muy acostumbrada la clase media.

La propuesta de tomar decisiones estratégicas sin la intervención del gobierno y del congreso, con una suerte de aut

See Full Page