Ya vimos que, como consecuencia de las pruebas en territorio norteamericano murió más gente que en Hiroshima y Nagasaki juntas.

Las primeras preocupaciones planteadas sobre los efectos de la exposición a la lluvia nuclear en la salud, tenían que ver con el temor a las alteraciones genéticas que podrían ocurrir entre los descendientes de los más expuestos. Sin embargo, los efectos hereditarios observados de la exposición a la radiación en grupos con antecedentes de riesgo agudo, se consideran mínimos en comparación con el aumento significativo del cáncer de tiroides, la leucemia y ciertos tumores sólidos que se han desarrollado dentro de una década, o más, después de la exposición.

A medida que se han realizado estudios de muestras biológicas, incluidos huesos, glándulas tiroides y otros

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