En Venezuela el reciclaje prácticamente no existe. Pero esa ausencia, lejos de ser únicamente un problema, es también una enorme oportunidad: queda todo por hacer. Durante el foro de Analítica quedó claro que nuestros residuos —plástico, cartón, metales, aparatos electrónicos— no son basura, sino materias primas con valor económico inmediato, incluso con potencial de exportación.

Mientras otros países compiten por asegurar materiales reciclados, aquí se desperdician a diario toneladas que podrían generar empleo, aliviar a los municipios y abrir un nuevo espacio productivo sin exigir grandes inversiones. La reconstrucción no vendrá de arriba, sino de iniciativas locales: centros de acopio, pequeñas plantas, cooperativas y emprendimientos que entiendan que en cada residuo hay un ingreso esp

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