Los medicamentos que transformaron el destino del VIH. Foto: Canva.

A finales de los 80, la escena se repetía en hospitales de todo el mundo: jóvenes previamente sanos llegaban con infecciones que poco después cobraban su vida. La supervivencia tras el diagnóstico era de apenas 1 a 3 años, y casi todas las personas infectadas desarrollaban SIDA en ausencia de tratamiento. En 1990, el VIH ya había provocado más de 100 mil muertes acumuladas en Estados Unidos y se extendía sin freno a todos los continentes.

El VIH es un estratega microscópico: invade las células encargadas de defendernos —los linfocitos CD4— y una vez dentro, utiliza su maquinaria para clonarse. Primero transforma su ARN en ADN mediante la transcriptasa reversa, luego ese ADN viral se inserta en el núcleo y convier

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