Las alarmas por degradación de suelos, pérdida de biodiversidad y crisis climática han impulsado una tendencia que está ganando adeptos en todo el mundo: la agricultura regenerativa. Aunque algunos la confunden con prácticas orgánicas tradicionales, su enfoque es más ambicioso. Busca no solo evitar daños, sino restaurar ecosistemas completos.

El principio central es simple: trabajar con el suelo, no contra él. Esto implica minimizar labranza, promover la rotación diversa de cultivos, usar cobertura vegetal permanente y reintroducir ganado de forma controlada. Estas técnicas permiten que el suelo recupere microorganismos, mejore su estructura y retenga mayor cantidad de carbono.

El atractivo de este enfoque no es solo ambiental. Agricultores que lo implementan reportan suelos más fértiles

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