Algunos de los partidos que dan apoyo al Ejecutivo temen que algunas cesiones en materia de inmigración o economía puedan poner en peligro la mayoría de la investidura

Las cinco promesas pendientes que Sánchez pretende reactivar para recuperar a Junts

El nuevo giro de guion en la relación entre el Gobierno y Junts tiene expectantes a los socios de la investidura. La mayoría de los partidos celebran el intento de Pedro Sánchez por acercarse de nuevo a los independentistas catalanes, pero al mismo tiempo quieren ver con detalle el contenido de los decretos anunciados antes de avanzar si lo apoyarán y sobre todo advierten de un posible giro a la derecha en materias sensibles para la las fuerzas de izquierda como la inmigración o fiscalidad.

El presidente del Gobierno anunció este martes en dos entrevistas en Rac1 y en La2, desde Catalunya, una serie de medidas para tratar de contentar a Junts y evitar así que cristalice la amenaza de los independentistas con romper todas las negociaciones con el Gobierno y tumbar las leyes que mande al Congreso. De hecho, el Consejo de Ministros de este mismo martes ya aprobó una medida en esta dirección, con el objetivo de flexibilizar el gasto no corriente de los ayuntamientos, una demanda de los alcaldes posconvergentes. El Ejecutivo quiere darse prisa para sacar esto adelante y este martes forzó en la Junta de Portavoces que el decreto se debata la próxima semana, antes del parón de Navidades.

Pero hay más medidas. Y algunas, aún sin conocer los detalles, escaman a los socios más a la izquierda del hemiciclo. Por ejemplo, un seguro para los propietarios de pisos de alquiler para posibles impagos o la reactivación de la ley sobre multirreincidencia que está en tramitación en el Congreso. Es una modificación del código penal para castigar con más dureza los pequeños delitos que se repiten y que la extrema derecha vincula en sus discursos con la inmigración. Aunque la idea de algunos grupos es que haya una reunión sobre este tema el próximo jueves, la concentración de actividades para ese día de los diputados que llevan Justicia e Interior está entorpeciendo las negociaciones para convocar la ponencia ese día.

Por eso este mismo martes, tras escuchar las palabras de Sánchez, algunos partidos del bloque de investidura advirtieron a los socialistas de los peligros de cualquier tentación de imponer un giro a la derecha en determinadas materias para complacer a Junts. Un aviso que llegó incluso de algunas fuerzas que forman parte del Gobierno. “Podría poner en peligro la mayoría de la investidura”, dijo en una rueda de prensa el diputado de los Comuns Gerardo Pisarello, dentro del grupo parlamentario de Sumar.

“El problema sería que con la excusa de recuperar los puentes con Junts se asumieran las exigencias antisociales de un sector de la patronal. Si fuera una excusa para eso, estaríamos claramente en desacuerdo y le plantaríamos cara”, añadió.

En el grupo parlamentario también avanzan que estarán “muy atentos” al detalle del decreto. “Está bien mejorar o intensificar el diálogo, pero eso también tiene que servir para atajar los problemas de la ciudadanía y la vivienda es el principal”, trasladan fuentes de Sumar. “Los esfuerzos negociadores tienen que tener como objetivo final adoptar medidas para mejorar la vida de la ciudadanía”, puntualizó la portavoz del grupo, Verónica Martínez, que apuntó específicamente contra el seguro por impagos anunciado. “El problema central para la ciudadanía a día de hoy no son los impagos. ¿De dónde vienen esos impagos? Vienen de que los precios del alquiler son exorbitados y la gente no puede pagar.

El principal problema para el socio de Gobierno radica en que Sánchez haga ahora gestos hacia Junts en materia de vivienda pero no se mueva sobre las medidas que la coalición plurinacional le propuso hace más de un mes, como la prórroga de más de 300.000 contratos de alquiler que vencen ahora y pueden radicar en aumentos desorbitados. Tampoco hay novedades en la regulación del alquiler de temporada, que dio pasos hace unas semanas en el Congreso pero que parece abocada ya al nuevo periodo de sesiones tras el parón navideño precisamente por el bloqueo de Junts.

En una línea similar se mueve EH Bildu, que en otras ocasiones ya ha abogado por el entendimiento de las diferentes fuerzas del bloque de investidura para facilitar la estabilidad de la legislatura. “Nos parece bien que el Gobierno cumpla con los acuerdos que se vayan alcanzando con todas las fuerzas de la investidura. Así lo exigimos para nuestros acuerdos y así creemos que debería ser con el resto de fuerzas también. Por tanto, los esfuerzos del Gobierno por recuperar mayorías democráticas es algo positivo”, trasladan fuentes del grupo parlamentario.

Eso sí, insisten en la idea de la “corresponsabilidad de todas las fuerzas” para que las cesiones no sean solo desde los partidos del bloque hacia Junts. “Es obvio que si alguno de esos acuerdos, en este caso con Junts, choca frontalmente con los criterios políticos y sociales que mantenemos fuerzas de izquierda como la nuestra, por ejemplo en ámbitos como la vivienda, la protección social o los derechos laborales, EH Bildu actuará en función de sus propios análisis y posicionamientos, que siempre se guiarán por la mejora de las condiciones de la sociedad vasca y las mayorías trabajadoras”, advierten esas mismas fuentes.

“Si se toman decisiones contrarias a estos intereses y estas mayorías, EH Bildu se posicionará frente a ellas, como siempre hemos hecho”, añaden.

La tensión entre izquierda y derecha dentro de los partidos que apoyan a la investidura no es nueva sino que ha atravesado la legislatura prácticamente desde su inicio. Con el paso de los meses y el cambio de contexto en Catalunya, con la ultraderecha independentista de Alianza Catalana disparada, Junts ha ido extremando sus posiciones en algunas cuestiones sensibles para la izquierda como la inmigración. Pero ya en el pasado el choque entre los diferentes polos del bloque dio al traste, por ejemplo, con el impuesto a las energéticas que exigían fuerzas como EH Bildu, ERC y Podemos pero rechazaban el PNV y sobre todo los independentistas catalanes.

Este mismo martes, el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, hacía un análisis en clave ideológica sobre el posicionamiento de Junts, poco alentador para las esperanzas del Gobierno. “Junts no rompe con el PSOE por incumplimientos, Junts rompe con el PSOE por intereses empresariales e ideológicos. Y eso no lo va a cambiar ni leyes ni buenas palabras. He aquí el error de Sánchez”, escribió en sus redes sociales.

“Mas allá de promesas de cumplimiento a Junts, siempre hemos dicho que la mejor garantía para seguir adelante es cumplir. A lo que menos acostumbrado está [el PSOE]”, sostienen fuentes del grupo, que recuerdan la agenda de compromisos pendientes que los socialistas han ido adquiriendo con ellos durante la legislatura.

Sánchez, en las entrevistas de este martes, se refirió concretamente a este punto y aseguró que el nuevo sistema de financiación autonómica que presentarán en las próximas semanas incluirá “más recursos” y “un sistema multilateral, junto a un reconocimiento de las singularidades de los territorios, particularmente, Catalunya”.

Mucho más distanciado, Podemos sentenció que el Gobierno “va a salto de mata”, “Sin proyecto” y criticó que “ha renunciado a transformar”. Son las palabras que utilizó su secretaria general, Ione Belarra, en una rueda de prensa en la que habló de total falta de “rumbo” y de “ausencia de negociación”. “Vienen al Congreso a perder las cosas”, dijo preguntada específicamente por los decretos que anunció el presidente y que la formación analizará cuando tengan el detalle completo antes de avanzar el sentido de su voto.

En privado, fuentes del partido creen que este tipo de movimientos al Gobierno le pueden servir para ganar tiempo, quizás “tapar agujeros”, pero no para diseñar una hoja estable de transformaciones que garantice un horizonte estable para terminar la legislatura en 2027. Mucho más ahora que José Luis Ábalos puede perjudicar al Ejecutivo con sus declaraciones tras ingresar en prisión preventiva. No importa si las acusaciones del exministro socialista no tienen fundamento, entienden, porque con el actual esquema mediático ha quedado demostrado que en estas situaciones el Gobierno pierde la capacidad de controlar la agenda. “Puede dar la sensación de final agónico”, sentencian.