En una nueva embestida contra la capacidad técnica del Estado , el gobierno de Javier Milei oficializó la disolución del Servicio Argentino de Calibración y Medición (SAC) del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) . Bajo el pretexto de una supuesta "modernización administrativa", el Ejecutivo desarmó un área que funcionó durante más de cuatro décadas y que posicionaba a la Argentina como líder en estándares de medición en Latinoamérica .

La medida no es un simple cambio burocrático: implica que el Estado se retira del control directo sobre cuestiones que afectan el bolsillo y la seguridad de los argentinos todos los días . A partir de ahora, las funciones de control y certificación pasan al Organismo Argentino de Acreditación (OAA) y a una red de laboratorios

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