Escándalos por violencia de género, denuncias por maltrato intrafamiliar, casos de acoso sexual y respuestas oficiales que restan gravedad a las agresiones han marcado, a lo largo de tres años y medio, el entorno del presidente Gustavo Petro como a ningún otro gobierno reciente.

Lo que en un principio parecían episodios aislados terminó configurando un patrón machista del Gobierno del Cambio. Mientras proclaman discursos feministas y de defensa de los derechos de las mujeres, varios de los funcionarios y aliados más cercanos al poder acumulan señalamientos por conductas violentas, y muchos de ellos, pese a las denuncias, siguen ejerciendo sus cargos sin mayores consecuencias. Recibiendo, en todo caso, la bendición del mandatario.

La más reciente controversia volvió a poner en evidenci

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