Las últimas horas de Angie Rodríguez, directora del Dapre, han estado marcadas por la tensión. La joven politóloga de 33 años enfrenta un enfriamiento en su relación laboral con el presidente Gustavo Petro. Además, su preocupación se ha intensificado tras un violento incidente en la vivienda de sus padres, ubicada en Rafael Uribe, Bogotá.

Hace diez días, hombres desconocidos ingresaron a la fuerza en la casa de sus padres, causando destrozos en el interior. Según una fuente cercana a Rodríguez, no se robaron objetos, lo que deja en el aire las verdaderas intenciones de los intrusos. Las cámaras de seguridad del sector captaron a estas personas entrando y permaneciendo en el lugar durante varios minutos. Afortunadamente, los padres de Rodríguez no estaban en casa, ya que se han mudado con ella por razones de seguridad.

Este miércoles, 3 de diciembre, a las 8:00 de la mañana, Rodríguez presentará al país los videos y pruebas del incidente. Esto ocurre en un contexto complicado, ya que el presidente Petro le solicitó su renuncia tras su oposición al nombramiento de José Alexis Mahecha como secretario general de la Unidad Administrativa Especial de Agencia del Inspector General de Tributos, Rentas y Contribuciones Parafiscales (ITRC). Rodríguez expresó sus dudas sobre Mahecha, quien fue director del DAS entre 2004 y 2009, pero sus preocupaciones no fueron suficientes para evitar su nombramiento.

Rodríguez había mantenido en silencio el ataque a la casa de sus padres, aunque ya lo había reportado a las autoridades. En conversaciones con sus colaboradores más cercanos, mencionó: “La casa de mis papás me la destruyeron por completo”. La directora del Dapre no tiene claridad sobre las intenciones de los intrusos, pero no descarta que buscaran información sensible del Gobierno.

La situación ha generado un clima de miedo en Rodríguez, quien ha expresado su temor por su vida. Aunque no señala a nadie en particular, considera que el ataque podría haber sido un mensaje dirigido a ella y a su familia. “Incomodo a mucha gente por ser honesta”, ha comentado a su círculo cercano. En una entrevista anterior, Rodríguez compartió su experiencia de vivir en un apartamento modesto y la decisión de trasladar a sus padres a su lado, dejando atrás su hogar de la infancia.

La angustia de Rodríguez es palpable. A menudo se encuentra llorando, reflexionando sobre su situación actual: “Dios mío, qué falta me hace estar en mi casa”. A pesar de su nuevo hogar, siente que no es un lugar permanente y que su seguridad está en juego. La directora del Dapre ha hecho un llamado a la Justicia para que investigue lo sucedido, mientras la incertidumbre y el miedo continúan acechando su vida y la de su familia.