En enero de 1994, recién posesionado como comandante del Distrito de Policía de Yarumal, el mayor Juan Carlos Meneses fue invitado por el hacendado Santiago Uribe Vélez a dar un paseo por sus tierras por los Llanos de Cuivá, una de las regiones más fértiles del norte de Antioquia. Llegaron a las amplias estancias de la finca La carolina, con su césped bien cortado y sus materas revestidas por flores simprevivas.

Pero no estaban allí para ver el paisaje. Detrás de la casa principal, a pocos metros del abrevadero de las bestias, se encontraba un barranco acondicionado como un área de entrenamiento militar. El oficial retirado Jairo Rodríguez Vanegas, antecesor de Meneses, lo describió alguna vez en los estrados de justicia y paz como Un espacio habilitado para hacer polígonos, practicar tác

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