Se trata de un auténtico símbolo y joya arqueológica de la ciudad, destacando por su imponente arquitectura y su profundo valor cultural e histórico. Este magnífico vestigio de la época romana es considerado uno de los teatros más antiguos y más grandes de toda la Hispania romana. Y, aunque su existencia permaneció oculta durante siglos, sepultado bajo el actual barrio del Pópulo, no fue hasta 1980, durante la realización de unas obras, cuando se desveló por accidente la existencia de esta maravilla arqueológica , marcando un acontecimiento de enorme relevancia para el patrimonio español. Se trata del teatro romano de Cádiz , toda un regalo arquitectónico y cultural para cualquier viajero curioso y agradecido, ya que se trata de una construcción fechada alrededor del año 70 a.C.
Fue un encargo directo de Lucio Cornelio Balbo el Menor , un influyente gaditano que había alcanzado altas posiciones dentro del Imperio Romano y que era amigo personal y consejero de Julio César. Balbo el Menor, junto a su tío Balbo el Mayor, fue clave en la ampliación del perímetro urbano de Cádiz , conocida en aquel tiempo como Gades, que resultó en la construcción de la Neápolis , donde se levantaron tanto este teatro como un anfiteatro. La capital gaditana era una de las ciudades más importantes de la Hispania romana, todo un enclave comercial próspero debido a su estratégica ubicación entre el Mediterráneo y el Atlántico . La edificación del teatro no solo respondió a la necesidad de ofrecer un espacio de entretenimiento a la creciente población gaditana, sino que también se erigió como un símbolo de prestigio y de la romanización de la ciudad.

En cuanto a sus dimensiones, el teatro posee unos casi 120 metros de diámetro , un tamaño que lo posiciona, según la mayoría de expertos que han estudiado el tema con detalle, como el segundo más grande de la península ibérica, solo superado por el de Córdoba. Se estima que su capacidad superaba los 10.000 espectadores . Esta gran capacidad es notable, pues Gades era considerada una ciudad de tamaño medio en la época, lo que subraya el elevado nivel de vida y la importancia de la urbe en aquel momento. Respecto al diseño arquitectónico, la obra maestra refleja el sofisticado conocimiento técnico de los romanos en la ingeniería de espacios públicos. Y es que el diseño se construyó aprovechando la pendiente natural de una colina, una técnica habitual que permitía una mejor disposición de las gradas y garantizaba una acústica óptima para las representaciones dramáticas y eventos públicos.
Las excavaciones realizadas desde su redescubrimiento han permitido recuperar una parte considerable de su estructura original . Entre los elementos que han salido a la luz se encuentran porciones importantes del graderío ( proedria , ima cavea y media cavea ), así como la orchestra y una galería anular destinada a la distribución del público. Además, su estructura presenta rasgos arcaicos, como la cavea de planta en forma de herradura y las gradas de perfil parabólico. Bajo las gradas discurre la amplia galería de distribución, cubierta por una bóveda anular de cañón. La cavea se asentó sobre un desnivel del terreno, y para construir la galería fue necesario recortar la roca natural. En el muro exterior, levantado con sillares perfectamente labrados, se abren los vanos que comunicaban con el graderío.
El cavea (graderío) estaba dividido en tres sectores o maeniana , reflejando la jerarquía social de los asistentes. Las gradas inferiores se reservaban para los ciudadanos más ricos y los dignatarios locales, mientras que las superiores estaban destinadas a las clases más humildes. Aunque se ha recuperado gran parte de la zona de asientos y la orchestra semicircular (donde se ubicaban músicos y actores secundarios), la zona más monumental del conjunto, que incluye la scaenae frons (el escenario decorado con columnas y estatuas) y el pórtico trasero, permanece oculta y pendiente de excavación bajo las viviendas del barrio de El Pópulo.
Centro de interpretación
Tras ser abandonado a finales del siglo III d.C. y saqueado posteriormente, los restos de la potente estructura del teatro fueron utilizados hasta la época medieval como almacenes, cuadras y viviendas. De hecho, sirvió de base para una fortaleza islámica conocida como el “Castillo del Teatro”, que fue reconstruida más tarde por Alfonso X “el Sabio” tras la conquista de la ciudad. Desde su hallazgo, se ha trabajado intensamente en su protección y conservación, incluyendo diversas campañas de excavación y restauración. Un componente fundamental en la puesta en valor de este patrimonio es el Centro de Interpretación del Theatrum Balbi . Se trata de una entidad que permite a los visitantes descubrir las singularidades del yacimiento y su contexto histórico mediante paneles explicativos, imágenes, recursos audiovisuales y maquetas que ilustran tanto el estado actual del sector excavado como la restitución hipotética de las partes desaparecidas.
El recorrido por el mencionado centro de interpretación incluye salas temáticas como “El castillo del teatro”, “El teatro de Balbo” y “Teatro y sociedad”. Actualmente, el Teatro romano de Cádiz ha recuperado su función original como espacio cultural . De ahí que a lo largo del año acoja diversas actividades, como conciertos, festivales y representaciones teatrales, permitiendo que el pasado y el presente se entrelacen en un entorno histórico singular. Visitar en Cádiz este enclave arqueológico, ubicado además en un barrio tan auténtico como el del Pópulo, es una experiencia única que permite viajar en el tiempo a la época dorada de Gades. El acceso es gratuito, aunque está sujeto a límites de aforo para velar por la seguridad de los visitantes y de las estructuras. Sus horarios de visita varían según la estación y es toda una apuesta para que mayores y pequeños disfruten aprendiendo.

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