La villa de Isla , perteneciente al municipio de Arnuero , no solo guarda el encanto de la costa oriental cántabra, sino que es punto de partida para conocer algunos de los enclaves más valiosos del patrimonio cultural, histórico y natural de la región. A pocos kilómetros, el visitante atento encontrará testimonios de la Cantabria tradicional : torres medievales, templos románicos, marismas milenarias y aldeas donde pervive la memoria colectiva. Este es un recorrido por siete lugares esenciales que revelan una tierra que aún conserva su alma.

1. Iglesia de San Julián y Santa Basilisa (Isla)

Catalogada como Bien de Interés Cultural , esta iglesia fortificada del siglo XVII destaca por su esbelta torre y su retablo barroco. Construida en piedra de sillería, fue promovida por el linaje de los Venero y representa la arquitectura religiosa rural más señera de la comarca. El entorno del barrio del Hoyo , donde se ubica, aún conserva casonas blasonadas y un aire señorial detenido en el tiempo.

2. Molino de Santa Olaja (Joyel)

Ubicado en pleno Parque Natural de las Marismas de Joyel, este molino de mareas del siglo XVIII ha sido restaurado y convertido en aula de interpretación. Su mecanismo original se conserva intacto, y permite comprender cómo la fuerza del mar fue utilizada en beneficio de las comunidades costeras. Es un ejemplo único de la ingeniería tradicional cántabra .

3. Torre de Cabrahigo (Isla)

En el corazón de la antigua jurisdicción señorial de Isla se levanta la Torre de Cabrahigo , construcción defensiva bajomedieval, de planta cuadrada y muros de casi dos metros. Formó parte de la red de torres de linaje que dominaron el litoral en la Baja Edad Media. Hoy, aunque privada, sigue siendo visible desde caminos rurales y recuerda la importancia estratégica de la zona.

4. Ecoparque de Trasmiera (Arnuero)

Más que un museo al aire libre, el Ecoparque de Trasmiera es una propuesta integral de conservación del patrimonio. Incluye rutas señalizadas, centros de interpretación y acceso a elementos etnográficos, arqueológicos y ecológicos. Desde el Centro de las Marismas hasta el Centro de las Artes , ofrece una mirada profunda sobre la interacción entre paisaje y sociedad.

5. Observatorio de aves de la Marisma de Joyel

Este humedal protegido alberga una extraordinaria biodiversidad. Equipado con torres y pasarelas de madera, el observatorio permite ver especies migratorias, limícolas y anátidas en su entorno natural. Es un lugar privilegiado para entender el valor del ecosistema atlántico y su delicado equilibrio, protegido por la Red Natura 2000.

6. Casco antiguo de Ajo y la iglesia de San Martín

A solo 10 km de Isla, el pueblo de Ajo conserva una fisonomía tradicional, con arquitectura popular de montaña y una iglesia románica del siglo XII. El templo de San Martín de Tours se alza sobrio sobre una colina, y desde su entorno se dominan los campos costeros y el litoral de Bareyo. El lugar invita al recogimiento y a la contemplación pausada.

7. Camino de Santiago del Norte: etapa Bareyo–Santoña

Esta variante costera del Camino de Santiago pasa muy cerca de Isla. El tramo entre Güemes, Bareyo, Ajo e Isla ofrece un itinerario de alto valor cultural y paisajístico, con albergues de tradición hospitalaria, caminos de herradura y vistas al Cantábrico. Es una de las formas más auténticas de conocer la comarca, caminando entre ermitas, prados y acantilados .

Una comarca donde el tiempo tiene raíces

Isla no es solo playa: es historia, memoria y paisaje cultural . Frente a la prisa del turismo de temporada, estos siete lugares invitan al viajero a detenerse, observar y comprender la riqueza de un territorio donde el pasado no ha sido borrado. La protección de este legado no es una opción, sino una responsabilidad compartida. Porque una sociedad sin memoria es solo consumo .