"Oí un grito, vi que chorreaba sangre (...) Salí corriendo, escuché que alguien gritaba algo en árabe que, aunque no puedo repetirlo, sé qué significa: Alá es grande". Así describió este miércoles ante la Audiencia de Berlín Iker P.M., bilbaíno de 31 años, la traumática experiencia vivida el pasado 21 de febrero , dos días antes de las elecciones generales alemanas. Había llegado a la ciudad la víspera. Era un turista más que recorría con unos amigos el monumento a las víctimas del Holocausto . Estaba algo apartado de sus acompañantes cuando alguien le agarró por la espalda y le inmovilizó con el brazo izquierdo, mientras le clavaba el cuchillo con la mano derecha. Ya en el suelo, recibió un segundo cuchillazo en la mejilla. A partir de ahí, sus recuerdos van de una pareja de franc

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