La vida cultural de Octavio Arbeláez Tobón comenzó hace cinco décadas detrás de un proyector. Corría la década de los 70 y ya existía el Cine Taller Secuencia en Manizales, un espacio para que los amantes del séptimo arte de esa ciudad pudieran acceder a las películas que no llegaban por el circuito comercial. Ese fue su primer encuentro con el mundo de las artes escénicas y allí sembró su vida.

Aunque estudio abogacía e hizo un postgrado en filosofía, la vida lo arrastró al universo que hoy habita: el teatro y la música. Es así como el maestro ha sido figura clave y director durante muchos años del Festival Internacional de Teatro de Manizales (FITM) y Circulart.

Toda este bagaje, aporte y trayectoria a la cultura colombiana lo llevó a ser uno de los merecedores del Premio Vid

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