En el corazón de la comarca de Liébana, al suroeste de Cantabria y muy cerca de los Picos de Europa, se extiende Pesaguero , un municipio formado por doce diminutas aldeas que parecen suspendidas en el tiempo. Aquí, donde el río Bullón acompasa el ritmo del valle y las montañas dibujan un paisaje de postal, la vida transcurre con la serenidad que muchos viajeros buscan en otoño.

Con poco más de 300 habitantes , Pesaguero se ha convertido en uno de los rincones más especiales de Cantabria para quienes desean una escapada tranquila, rodeada de naturaleza, patrimonio y autenticidad rural.

Iglesias románicas, hórreos centenarios y casonas solariegas

La historia de Pesaguero se remonta al siglo XI , y su legado medieval se conserva en un conjunto arquitectónico que sorprenderá a cualquiera que lo visite. Entre sus joyas más destacadas se encuentran:

  • La iglesia de Lomeña , que custodia una pila bautismal del año 1200.

  • La ermita de Nuestra Señora de la Asunción de Caloca , del siglo XIII y declarada Bien de Interés Cultural .

  • La iglesia de San Juan Bautista y las parroquias de Barreda, Cueva y Vendejo , con retablos barrocos y elementos románicos que han sobrevivido al paso de los siglos.

A estos templos se suman elementos poco frecuentes en Cantabria, como los dos hórreos conservados en Avellanedo y Valdeprado , verdaderas reliquias etnográficas. Y junto a ellos, casonas blasonadas como la casa hidalga de Valdeprado , del siglo XVII, cuyo arco de medio punto es uno de los más singulares del valle.

Un refugio rural que mantiene su esencia

Pese a su tamaño, Pesaguero conserva servicios básicos que permiten que la vida continúe sin renunciar a la comodidad. Su alcalde, Enrique Sabarís, explica que el municipio cuenta con consultorio médico , transporte escolar y una programación cultural activa gracias a la implicación de vecinos y administración.

El turismo rural ha ido ganando peso como motor económico. Un ejemplo es la posada Casa Fidela , en Lomeña, cuya propietaria Rosa Martín destaca que quienes viajan hasta aquí buscan “ naturaleza, silencio y desconexión ”. Su proyecto de sostenibilidad, reconocido en Fitur, ha contribuido a proyectar la imagen del municipio como destino responsable y respetuoso con el entorno.

Observación de fauna y naturaleza de primer nivel

La riqueza natural de Pesaguero es excepcional. Empresas especializadas como Senda ofrecen rutas interpretativas, observación de aves y rastreo de fauna, aprovechando que casi el 60 % de las especies presentes en España pueden observarse en este entorno privilegiado.

A todo ello se suma el paso del Camino Lebaniego Castellano , que atraviesa Cueva y Avellanedo. Su presencia ha impulsado importantes inversiones públicas: la restauración del hórreo del siglo XVII y el anuncio de un futuro albergue en Lomeña por parte de la Fundación Camino Lebaniego.

El destino perfecto para el puente de la Inmaculada

Quienes buscan una escapada otoñal diferente encontrarán en Pesaguero una combinación difícil de igualar:

  • Iglesias románicas que parecen detenidas en el tiempo.

  • Casonas solariegas con escudos y balcones de madera.

  • Sabores de montaña , como el cocido lebaniego, quesos artesanales o repostería típica del valle.

  • Senderos y miradores naturales para disfrutar del otoño en su máximo esplendor.

El municipio ofrece la mezcla exacta entre tradición, naturaleza y tranquilidad, ideal para un viaje sin prisas durante el puente de diciembre.