En 2019 el magnate multimillonario Elon Musk lanzó al espacio 60 satélites de su ambicioso proyecto: la megaconstelación Starlink . Un tren que tendría más de 10.000 satélites que prometía revolucionar las comunicaciones en la Tierra, llevando la cobertura 5G a los lugares más remotos del planeta. Siete años después, el entusiasmo por esta novedosa red satélites ha quedado deslucido por una realidad mucho más preocupante e imperante: su impacto en el cielo nocturno .

Sucede ya cada noche. Trenes con cientos de satélites se mueven en fila india a ritmos frenéticos durante la madrugada para emborronar los cielos. Ubicados en la denominada órbita baja (LEO) – entre los 160 y 2.000 kilómetros de altitud– son visibles incluso a simple vista. De hecho, desde 2019 los avistamie

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