En Ciudad Guayana, donde las historias musicales suelen nacer entre coros, tradiciones familiares y escenarios improvisados, la trayectoria de Iván Romero destaca por su autenticidad.

Cantante y sonidista, creador incansable y técnico apasionado, Romero ha construido un camino donde la sensibilidad artística y la curiosidad por el sonido se entrelazan con naturalidad.

Su historia comienza casi como un acto divino. “Dios chascó los dedos y me puso el don”, recuerda con humor y agradecimiento. Desde niño, entre clases con el maestro Proto López, presentaciones en el colegio y coros de iglesia, descubrió que entonar melodías era tan natural como respirar.

Cantante y sonidista

Con la adolescencia llegó la segunda chispa: el sonido. La inconformidad con conciertos que sonaban mal y la fasci

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