El Unicaja consiguió una victoria trabajadísima y muy importante en Lleida para acercarse a la Copa y para también refrendar esa identidad de equipo que se reconstruye pero que conserva las huellas de grandeza. Venció por 88-89, dominó hasta por 15 puntos pero un tercer cuarto malo (más excelente bueno del rival) dejó la igualdad hasta el final. El Unicaja supo recuperarse de las dentelladas de John Shurna después de que Melvin Ejim hubiera metido a su equipo en el partido. El cuadro de Ibon Navarro tuvo aplomo y tranquilidad, se acogió a un Olek Balcerowski demoledor, picoteó con las faltas de Chris Duarte y mantuvo una consistencia defensiva estimable para arrancar el triunfo de Barris Nord, probablemente el pabellón más caliente ahora mismo en la ACB .
Esa media de gana

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