Tradicionalmente, el mantener una buena masa muscular -o como se le llama comúnmente, el músculo- ha estado asociado únicamente con fines estéticos y estructurales: movimiento, balance, postura y fuerza. No obstante, en la última década, las investigaciones han demostrado categóricamente que el músculo tiene funciones mucho más complejas e importantes para el fortalecimiento de la salud en general, la respuesta a una enfermedad y la recuperación posterior a ésta.

El contenido músculo varía dependiendo de la edad de la persona, su sexo, su nivel de actividad física e incluso la zona del cuerpo donde se efectúa la evaluación. Por ejemplo, las piernas tienen un contenido mayor de músculos que los brazos; los hombres presentan mayor contenido de masa muscular que las mujeres y una persona,

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