En muchas cocinas pasa lo mismo: se compran verduras frescas, se cocinan “como siempre” y al final el plato parece sano… pero gran parte de sus vitaminas se perdió en el camino. Y es una pena, porque con un pequeño ajuste en la forma de cocinarlas se puede mejorar su valor nutricional y el impacto real en una alimentación saludable .

Las vitaminas hidrosolubles, como la C y varias del grupo B, son especialmente sensibles al agua caliente, a cocciones largas y a temperaturas muy altas.

Sin embargo, un truco muy simple, conocido desde hace años por nutricionistas y hasta por chefs, permite conservar más nutrientes sin cambiar el sabor ni el tipo de preparación.

El truco clave: cocción rápida

Sí, es tan simple como suena. El método consiste en usar muy poca agua , cortar las ve

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