Un terremoto de magnitud 4 ha sacudido la provincia de Álava en la madrugada de este lunes. El seísmo se registró a las 0.10 horas, con epicentro en Iruña de Oca, a una profundidad de 5 kilómetros, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Este evento sísmico ha generado inquietud entre los ciudadanos, aunque no se han reportado daños personales ni materiales significativos.

El temblor se sintió en varias localidades cercanas, incluida la capital provincial, Vitoria-Gasteiz, situada a 21 kilómetros del epicentro. Muchos vecinos notaron cómo algunos objetos se movían en sus hogares, lo que provocó que algunos salieran a la calle en busca de seguridad. Además, algunos teléfonos móviles emitieron alertas informando sobre el terremoto y recomendando precauciones ante posibles réplicas.

Este terremoto es el tercero registrado en la zona durante diciembre y el segundo en la última semana, lo que indica un aumento en la actividad sísmica. Con una magnitud de 4.0, se convierte en el más fuerte de los últimos seis meses, superando al temblor del 14 de julio, que alcanzó solo 1,7 en la escala de Richter.

El IGN ha activado su protocolo habitual tras el seísmo, incluyendo la disponibilidad de un "cuestionario macrosísmico" para que los ciudadanos puedan reportar sus experiencias. Este formulario es crucial para que los científicos recopilen información sobre los efectos del terremoto y evalúen la intensidad del fenómeno en diferentes áreas.

La historia de recoger testimonios tras un seísmo en España se remonta al siglo XVIII, cuando el rey Fernando VI ordenó una encuesta tras el devastador terremoto de Lisboa en 1755. Desde entonces, este sistema ha evolucionado, pero sigue siendo fundamental para entender el comportamiento sísmico de la región.

Las autoridades y geólogos se mantienen en alerta ante la repetición de estos fenómenos en Álava, recordando la importancia de la monitorización y la participación ciudadana para garantizar la seguridad de todos.