Racing dio otro golpe de autoridad en la Bombonera al derrotar 1-0 a Boca y meterse en la final del Torneo Clausura, en una semifinal cargada de tensión que terminó marcando el contraste perfecto entre un local resignado y un visitante eufórico. El Xeneize, pese al buen bimestre que había ilusionado a su gente, se quedó sin fuerzas ni ideas en los últimos minutos, mientras que la Academia celebró reunida en su campo una clasificación que la confirma como el equipo más sólido del país.

El partido tuvo desde el inicio un clima de final, pero muy lejos de un nivel acorde a semejante contexto. En la primera parte, los dos equipos se maniataron más de lo que jugaron: Boca manejó la pelota sin profundidad y Racing se dedicó a cortar, en un trámite sin emociones reales. Como muestra de la falta

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