El ferrocarril es símbolo de progreso y un inconfundible sello del siglo XIX. Logroño veía llegar el primer tren en 1863, siguiendo el trazado de la línea Tudela-Bilbao, cuyas obras comenzaron el 26 de marzo de 1861, con la colocación de la primera piedra. Ese mismo año se derribaron las murallas, buscando la remodelación urbana, en un momento en el que las industrias exigían la llegada del transporte ferroviario, aunque el proyecto ya existía desde 1859.

La nueva estación se situó extramuros, en la actual Gran Vía. La inauguración oficial de la terminal coincidió con las fiestas de San Mateo de 1863 y estuvo a cargo de Espartero. El mismo general recibió en la estación al rey Amadeo de Saboya el 29 de septiembre de 1871, durante su visita a Logroño. No fue el único monarca que pisó esta

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