Si la primera fase del plan de paz para Gaza -aún sin completar- fue difícil, la segunda se vislumbra mucho más dada no sólo los pasos a dar, sino por los condicionantes que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha puesto sobre éstos, específicamente su desarme, exigencia irrenunciable de Israel.

Desde el pasado 10 de octubre opera un alto al fuego en la Franja de Gaza , en cumplimiento de la primera fase del plan que Estados Unidos impulsó con la ayuda de los mediadores Egipto y Catar, que permitió el regreso de los 47 rehenes israelíes –vivos y muertos- a cambio de excarcelar a más de dos mil palestinos, 250 de los cuales cumplían cadena perpetua; el regreso de los gazatíes a sus territorios y el ingreso diario a los mismos de camiones con toneladas de ayuda humanitaria (ali

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