Hay una forma de medicina que no se vende en farmacias ni se administra con jeringas, pero puede transformar profundamente la vida de una persona, es invisible, pero deja huellas y está en las formas que habitamos, en los colores que contemplamos, en los sonidos que acarician la memoria, se llama arte y sí, puede sanar

Últimamente me he sorprendido pensando con más frecuencia en la salud, no solo en la salud que cabe en un expediente clínico, sino en esa otra, más amplia, que tiene que ver con las posibilidades de vivir mejor. Quizá sea por las cifras que he visto recientemente, México enfrenta una crisis profunda en cobertura, personal médico y camas hospitalarias por habitante y hay estados donde la distancia entre una comunidad y un hospital es casi una sentencia, ciudades donde la urg

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