En los caminos rurales del norte bonaerense, donde la cosecha avanza con una mezcla de polvo, cansancio y entusiasmo, la campaña fina empezó a dejar señales claras.

Entre el ruido de las cosechadoras y los camiones que zigzaguean por rutas deterioradas, el ingeniero agrónomo Mariano García , hizo una lectura precisa del momento: “El trigo viene con rindes históricos , pero la calidad nos está jugando en contra”.

El campo lo confirma. Los primeros lotes trilla­dos muestran un comportamiento excepcional, con rindes que superan cómodamente los promedios regionales.

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García detalló que “los 60 o 65 quintales por hectárea se repiten en muchos establecimientos, e incluso aparecen lotes que rompen los 5000

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