Paqui Jiménez, la activista vecinal del barrio de la Mina de Sant Adrià de Besòs y del edificio Venus, no daba crédito ayer a la visita que, por sorpresa y de incógnito, le dedicó la consellera de Drets Socials, Mònica Martínez Bravo. Paqui llevaba años reclamando hablar “con alguien que mande realmente” pero nunca había logrado pasar de secretarios o directores generales. Ayer, Martínez Bravo se desplazó hasta el bar San Martiño 2, donde la vecina más famosa de la Mina aún labora detrás de la barra y, como si un capricho del azar quisiera alinear a las dos protagonistas de la historia, la consellera fue testigo de la buena noticia que recibía Paqui, como era la remisión de su grave enfermedad. Fue un momento emocionante, sin palabras, de dos mujeres que conectan, fundiéndose en un abrazo.
La consellera y Paqui, por La Mirilla
La Vanguardia España5 hrs ago
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