Las grandes urbes han entrado en una nueva era: aquella en la que los árboles , las fachadas vegetales y los corredores verdes se convierten en la infraestructura más estratégica del siglo XXI. Ya no se trata solo de estética, sino de salud, de clima y de calidad de vida. Milán, México, Melbourne o Liuzhou —la futura “ ciudad bosque ” china— están demostrando que otra manera de habitar lo urbano es posible. Y la pregunta inevitable aterriza en Aragón: ¿podría Zaragoza seguir ese camino?

Un nuevo modelo urbano que crece en el mundo

El auge de las llamadas ciudades bosque responde a un cambio profundo en la planificación contemporánea: colocar la naturaleza en el centro. Pero no como un decorado, sino como un sistema activo capaz de absorber CO₂ , reducir el calor, filtrar

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