La presencia generalizada de sustancias químicas en el océano ha vuelto a quedar en evidencia. Delfines y ballenas , incluso los que habitan en aguas profundas y remotas, acumulan concentraciones sin precedentes de compuestos PFAS , un grupo de contaminantes sintéticos conocidos por su persistencia en el ambiente y su capacidad para afectar la salud de los organismos vivos.

Así lo ha revelado una investigación, que alerta sobre un escenario inquietante: "No hay lugar donde esconderse de los contaminantes" . El trabajo, publicado en Science of the Total Environment, analizó tejidos de 127 cetáceos pertenecientes a 16 especies distintas.

Para ocho de esas especies fue la primera evaluación global de contaminación por PFAS –sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalqu

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