Suena el pistoletazo de salida y arranca la carrera . Los mejores del mundo del monopatín se lanzan montaña abajo en El Salvador . La famosa colina del Salt Lake City es el escenario de la competición, un descenso de dos kilómetros donde la velocidad crece en cada metro de bajada llegando a alcanzar los pilotos los cien kilómetros por hora .

No hay ningún tipo de ayuda a motor que impulse el descenso de cada piloto. Sólo llevan su monopatín en el que van sentados, su propio cuerpo guía cada curva del recorrido y los pies son los frenos que ayudan en algunos momentos a parar y variar la dirección para no chocarse entre ellos.

Una carrera donde los pilotos buscan conquistar la meta en primera posición; algunos en pleno descenso pierden el control en alguna de las curvas c

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