La sociedad actual va rumbo al cadalso en virtud de esa competencia desfigurada entre producción, eficacia y rendimiento, dando margen a lo que se ha llamado el “replantear la obsesión moderna por el rendimiento”, sacrificando el buen vivir, ya que creemos que cada minuto que pasa debe ser productivo o, al menos, que se vea un resultado tangible. Es un modo de vida acelerado que, de acuerdo con las tendencias, tiene que ir cambiando.

Estamos en esa era conocida como “la sociedad del cansancio”, en donde se nos invita a replantear el sentido de la vida y sus consecuencias. Y es que somos la generación más desinformada, en palabras de Suzana Valença, una portuguesa que resalta cómo el ser humano pierde el tiempo frente a las pantallas, consumiendo medios en virtud de esa viabilidad del ac

See Full Page