E l pleno del Senado de la República aprobó este 10 de diciembre una reforma que impondrá aranceles elevados a productos importados desde China y otros países asiáticos con los que México no mantiene un tratado comercial. En la votación, 76 senadores respaldaron la medida, 5 la rechazaron y 35 se abstuvieron.

La modificación —inspirada en el plan arancelario planteado por el gobierno federal— contempla gravámenes de hasta 50 % sobre un conjunto amplio de mercancías: automóviles, autopartes, electrónicos, textiles, calzado, plásticos, muebles, electrodomésticos, entre otros. En total, se verán afectadas 1,463 fracciones arancelarias, muchas de ellas que hasta ahora estaban libres de gravamen.

¿Por qué se aprobó la reforma?

  • El gobierno asegura que la medida busca proteger a la industria nacional ante la competencia de importaciones asiáticas de bajo costo, consideradas desleales.

  • Además, el impuesto pretende corregir desequilibrios comerciales que México ha mantenido con países como China —importaciones que, en 2024, superaron los 120 mil millones de dólares—.

  • El gobierno prevé que la medida generará ingresos adicionales para el Estado, lo que puede aliviar las finanzas públicas y reducir el déficit fiscal previsto para 2026.

Impactos esperados (y advertidos)

  • Sectores completos —automotriz, textil, manufactura, plástico, acero, electrónica— podrían registrar aumentos en los costos de producción o en los precios al consumidor final, lo que podría generar inflación. Expertos advierten además posibles afectaciones en las cadenas productivas que dependen de insumos importados.

  • Para algunas industrias nacionales, la medida ofrece un “respiro” ante la competencia externa; para otras, implica retos logísticos y de reestructuración ante la necesidad de sustituir insumos.

  • A nivel diplomático y geopolítico, la decisión es vista como un alineamiento económico con las políticas de protección del mercado promovidas por socios comerciales como los Estados Unidos, especialmente en el contexto de la revisión del Tratado México‑Estados Unidos‑Canadá (T-MEC) prevista para 2026.

Qué sigue

La reforma entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2026, de acuerdo con lo previsto en el dictamen aprobado por el Senado.

Mientras tanto, sectores productivos, cámaras industriales y consumidores analizan ya los efectos de este “nuevo muro arancelario” que redefine las reglas del comercio exterior mexicano. (Agencias)