José Tomé intentó resistir, pero apenas aguantó 17 horas. Pese a sus intentos por mantener sus cargos políticos, que le llevó incluso a media mañana a decir que todo era «mentira», la presión del partido, sobre todo desde la dirección federal, le llevó a presentar su dimisión a las cinco de la tarde como presidente de la Diputación de Lugo y como secretario provincial del PSOE. Ha solicitado también la suspensión de militancia, pero se refugiará en el Concello de Monforte, del que seguirá siendo alcalde, aunque desde el grupo de no adscritos, al que se han pasado también todos los ediles socialistas. El origen de esta dimisión forzada por Ferraz son las denuncias de acoso sexual que media docena de mujeres lanzaron contra Tomé. El dirigente socialista habría ofrecido puestos de trabajo «

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