A un año de la detención ilegal del gendarme argentino Nahuel Gallo en Venezuela , la familia del uniformado continúa sumida en la incertidumbre y el dolor, mientras el Gobierno intensifica sus reclamos en foros internacionales y la presión diplomática crece sobre el régimen de Nicolás Maduro .

La situación de Gallo, quien permanece privado de libertad sin garantías judiciales ni contacto con sus allegados, fue calificada por el embajador Carlos Cherniak ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) como un caso de “desaparición forzada y una violación flagrante del derecho internacional” .

El Gobierno, a través de su representación diplomática, denunció en reiteradas oportunidades la situación ante organismos internacionales

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