La incautación de un barco petrolero por parte de la administración Trump frente a las costas de Venezuela es uno de los giros más dramáticos hasta ahora en una campaña de presión militar contra el presidente Nicolás Maduro.

El abordaje de un barco extranjero es una medida inusual y amplía una operación estadounidense ya destacada por ataques contra más de 20 barcos en el Caribe y el océano Pacífico que, según el Gobierno, transportaban narcotraficantes.

Los primeros informes sugieren que la operación realizada por personal de la Guardia Costera de Estados Unidos, con el respaldo de la Marina y las agencias policiales, plantea menos preocupaciones legales y constitucionales que la campaña contra los barcos y las inminentes amenazas de Trump de acción militar en suelo venezolano.

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