La cosa se puso tensa entre China y México después de que el Senado mexicano aprobara una reforma que mete aranceles de 5% a 50% a más de mil 400 productos provenientes del gigante asiático y otros países sin acuerdos comerciales.

Esta medida, que entrará en vigor el 1 de enero de 2026 , cayó durísimo en Pekín, donde el Gobierno chino pidió casi de inmediato que México retire la reforma antes de que cause daños serios en la relación bilateral.

Para China, esta jugada mexicana no suena nada bien. Desde su visión, es una movida de “unilateralismo y proteccionismo” que puede pegarle directamente a sus intereses comerciales. El Ministerio de Comercio chino soltó que seguirán “con lupa” el impacto de estas nuevas tasas, porque consideran la relación con México como estratégica y,

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