Australia ha demostrado a la vista de todos cuánto puede cambiar internet cuando el Estado decide subir la verja. Acaban de entrar en vigor las normas radicales que elevan a 16 años la edad mínima para abrir una cuenta en redes sociales. TikTok, Instagram, Snapchat, Facebook, X y otras grandes plataformas deberán demostrar que han hecho «todo lo razonable» para frenar el acceso de menores, o enfrentarán multas de hasta 49,5 millones de dólares australianos (unos 28 millones de euros).

Más que una medida de seguridad es un intento de redefinir la adolescencia conectada. Hasta ahora, la edad de referencia eran los 13 años. Una vez terminado el periodo de adaptación, la oficina de la comisaria de eSafety será la encargada de vigilar a los gigantes tecnológicos y exigir la retirada de cuent

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