El sur de Florida atraviesa un momento de profunda inquietud ante el aumento sostenido de redadas migratorias del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), una intensificación que coincide con las más recientes acciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el endurecimiento general de la política migratoria impulsada por el gobierno de Donald Trump. En una región marcada históricamente por la inmigración y la diversidad cultural, estas medidas están teniendo un impacto directo y palpable en la vida cotidiana de miles de familias latinas.

Ciudades como Miami, Hialeah, Doral, Homestead y otras zonas del condado Miami-Dade se han convertido en escenarios recurrentes de operativos federales que, según denuncias comunitarias, no se limitan a personas con antecedentes crimin

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